¿Cómo administras tu tiempo? ¿Lo vendes? o ¿Lo compras?

Hay dos tipos de personas, los que venden su tiempo y los que compran tiempo. La mayoría de personas venden su tiempo, ya sea como empleados o profesionales independientes, le ponen un precio a su hora, que venden a otras personas.


Este modelo tiene un inconveniente: tus horas de trabajo son limitadas y por tanto tu productividad de ingresos también lo es. Si tu precio hora es de 10$ y trabajas 8 horas al día, nunca podrás ganar más de 1600$ al mes, es decir, 19,200$ al año.

Además de la limitación de ingresos, deberás trabajar 8 horas diarias 5 días a la semana, es decir, te quedarán sólo 4 horas para ti de las 12 que tiene la mitad de un día (y sin dejar de trabajar en todo el año).

Pocas personas tienen el enfoque diferente: los empresarios. Ellos compran el tiempo de otras personas. Ellos no tienen limitación de tiempo productivo. Ellos "trabajan" con más de 8 horas diarias: las personas contratadas trabajan bajo unas directrices impuestas desde arriba.

Si hay 10 personas contratadas por un empresario 8 horas diarias, el empresario dispone de 80 horas de productividad diarias para sacar adelante los proyectos.

¿Ves la diferencia? Comprar contra vender tiempo, ¿cómo administras tú tu tiempo?. Cierto es que para poder comprar tiempo primero debes vender tu tiempo, pero si tu objetivo es llegar a comprar tiempo de otras personas para liberarte de tu jornada interminable de trabajo debes guardar parte de este dinero para poder pagar a otras personas por su tiempo.

Pero hay un problema, comprar tiempo no funcionará de manera continuada si el tiempo que compras no produce unos ingresos mayores a lo que te cuesta ese tiempo. Por ejemplo, si compras 10 horas a 10$ la hora (100$) ese tiempo deberá producirte a ti más de 100$ para que puedas continuar comprando tiempo.

Esta es la razón por la que no todo el mundo está comprando tiempo, pero... ¿vale la pena? Ahí lo dejo.