El impacto del ayuno de información en la administración de tu tiempo

Desde que llegó el boom internet nos hemos visto bombardeados de información, información que hay que filtrar si realmente queremos pasar a la acción.

Antes de internet el problema que tenían las personas es que no tenían demasiado acceso a la información y por tanto valoraban mucho el hecho de poder acceder a ésta más fácilmente.


Hoy en día ocurre lo contrario, el problema de las personas es que tienen demasiada información, ahora valoran poca información pero de alta calidad, y para ello debe estar correctamente filtrada: hay demasiada información basura.

Un ejemplo

Imagina a un hipotético Luis en los años 80. Luis escribe artículos para revistas y vive cómodamente de ello. Empieza su mañana a las 8:30 am y escribe su artículo. Lo revisa, lo imprime y lo envía a la revista. Todo ocurre tal y como Luis había pensado.

Ahora Luis vive en el 2012, empieza como siempre a las 8:30 am y enciende su ordenador. Está a punto de conectarse a la mayor fuente de información del planeta... Pero antes de que el ordenador se encienda revisa su teléfono, tiene 2 sms y 7 mensajes en la red social "what's up". Se me olvidó comentarlo, Luis no ha dejado de estar conectado a internet, está en su bolsillo todo el día.

8:37, Luis recibe en su teléfono un enlace a un sitio web que le recomienda un amigo que visite. A Luis le interesa esta información así que decide visitar el enlace.

8:50, Luis ha terminado de leer el artículo. Tendiendo a mano el navegador web decide dirigirse a www.facebook.com para leer las últimas publicaciones de sus amigos, al fin y al cabo son "sólo 10 minutos"...

9:10, Luis ha encontrado mucha información interesante en Facebook y ha abierto 3 pestañas en su navegador para leer todos esos enlaces. También ha aprovechado para visitar su cuenta de Twitter.

9:37, la atención de Luis ahora está lejos del artículo que debería estar finalizando de escribir, su mente ahora trabaja reflexionando sobre la información que ha consumido...

13:45, Luis ha pasado la mañana leyendo información "interesante", el artículo que debería haber escrito sólo tiene 80 palabras, pero ahora debe ir a buscar a su hijo al colegio.

14:30, Llega la hora de comer, Luis no logra entender cómo ha pasado tan rápido la mañana...

Éste es un caso real. No sólo le ocurre a Luis, pasa con muchas personas. Consumir información irrelevante al levantarnos es la peor cosa que podemos decidir hacer para ser productivos.

La mañana es el mejor momento para realizar nuestras tareas más importantes, la mente está totalmente descansada y clara, es un momento ideal para centrar nuestro potencial en lo importante.

Recuerda: el tiempo pasa y no espera, el tiempo se consume y no se recupera.

Mi propuesta

Te propongo que hagas un experimento durante una semana. La primera vez que oí ésto fué a través de Timothy Ferris, emprendedor en internet e inversor, además de autor del libro "La semana laboral de cuatro horas", el cual te recomiendo profundamente.

Hazte una promesa ahora mismo, escríbela en papel: "No voy a consumir información por las mañanas, excepto cuando consumir esta información sea la tarea que debo realizar". Olvida el periódico, las revistas, las conversaciones irrelevantes, la televisión, las redes sociales, el email...

Quiero que hagas este experimento durante una semana. Fuérzate a cumplir tu promesa. Si te cuesta cumplir tu promesa pregúntate a ti mismo "¿Qué clase de persona se promete algo que no va a cumplir?", la respuesta te dará ánimos.

Por último, me gustaría que dejaras tu comentario en este artículo contándome tus resultados, ¿qué impacto tuvo este experimento en tu productividad?

¡Espero tus comentarios!